DE HÉROE A CHANTA NACIONAL

“El perro se está haciendo un festín”, le dice un pescador a otro, en el muelle de Pacheco. “¿Qué está comiendo? ¿es un pollo? “.”No , es un pavo del Amazonas”.

Contemplo desde la biciclerta, apoyada sobre la baranda del muelle, al perro arrastrando algo que efectivamente me parece que es un pavo, pero ¿pavo del Amazonas, aquí en el río de la Plata? Se me ocurrió pensar en una criatura mitológica para “El Libro de los Seres Imaginarios” de Borges.

Emprendo el regreso a casa. Me detengo en la Plazoleta de Rivera Indarte y Rubén Darío. Quiero saber a quién se honra. Entre clidias, el inmenso roble y el dañado ombú, encuentro una placa. “Plazoleta Tcnel. Obregoso, héroe de la Independencia Argentina y de Perú” ¿Otro más?

Wikipedia me informa que José de Obregoso vivió entre 1795 y 1877, se lo ve barbado con 21 medallas engalanando su uniforme. Nominado para recibir un premio militar por su trayectoria valiente en varios frente de batalla, se lo premia con 10000 pesos, lo que le sirve para saldar la hipoteca de su humilde casa en Belgrano. Esa gloria repentina lo insta a reclamar sueldos adeudados por el estado. Ahí se descubre que nadie lo recordaba en el Ejército, que jamás había combatido en las batallas donde dijo haberlo hecho, y que no era porteño como solía presentarse, sino que había nacido en Trujillo, Perú. ¿Otro mentiroso?

En el prólogo al “Libro de los Seres Imaginarios” de Borges y Margarita Guerrero, fechado en Martínez en 1967, se lee:”El nombre de este libro justificaría la inclusión del príncipe Hamlet, del punto, de la línea, de la superficie, del hipercubo, de todas las palabras genéricas y, tal vez de cada uno de nosotros y de la divinidad. En suma del universo” que incluye al Teniente Coronel Obregoso.

El noble guerrero se inventó una historia heroica. Nosotros la Historia Nacional, o ¿habrá sido el vencedor de Pavón, quien la inventó, con lo cual inventó La La La Nación?

El pavo del Amazonas, si existe. Descubro que es un ave arbórea, cuyo color es azulado o pardo, amarillento y moteado, con papada rojo brillante que responde al nombre científico de Penélope Jacquacu. Si Obregoso llegó al Panteón Nacional, también es posible que el pavo haya llegado flotando en una isla de camalotes, para que el perro se deleitase con algo más exquisito que los residuos que pueblan la orilla del río.

Comments

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *